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martes, 28 de diciembre de 2010

Balada Triste de Trompeta


TÍTULO ORIGINAL: Balada triste de trompeta
AÑO: 2010
DURACIÓN: 107 min.
PAÍS: España
DIRECTOR: Álex de la Iglesia
GUIÓN: Álex de la Iglesia
MÚSICA: Roque Baños
FOTOGRAFÍA: Kiko de la Rica
REPARTO: Carlos Areces, Antonio de la Torre, Carolina Bang, Santiago Segura, Sancho Gracia, Manuel Tejada, Manuel Tallafé, Alejandro Tejerías, Fernando Guillén Cuervo, Enrique Villén, Terele Pávez, José Manuel Cervino, Gracia Olayo, Luis Varela, Joaquín Climent, Juana Cordero, Raúl Arévalo, Fran Perea
PRODUCTORA: Motion Investment Group / Canal+ España / Castafiore Films / La Fabrique de Films / TVE / Tornasol Films
PREMIOS 2010: Festival de Venecia: Mejor director, mejor guión
GÉNERO Comedia. Drama | Guerra Civil Española. Comedia dramática. Circo. Comedia negra


Vaya tela, Vaya tela!!
Bueno, ya está, Álex de la Iglesia tiene nuevo esperpento. Un esperpento sorprendente. La historia arranca en plena Guerra Civil. Los miembros de un circo son llamados a luchar por uno de los bandos. El payaso tonto (Santiago Segura) es apresado por el bando vencedor y obligado a trabajar a las órdenes de un general (Sancho Gracia) en la construcción del Valle de los Caídos. Tras un salto en el tiempo, el hijo de ese payaso, también se convierte en payaso, en el payaso triste (Carlos Areces), el cual entra a trabajar en un circo donde la estrella es el payaso tonto (Antonio de la Torre). Este último es un payaso un tanto peculiar. Bebe mucho y, cuando está en estado de embriaguez se dedica a dar tremendas palizas a su novia, la guapa bailarina (Carolina Bang). La historia a raíz de aquí cambia. El nuevo payaso se enamora perdidamente de la bailarina y entra en lucha con el otro payaso por conseguir a la chica.
En el fondo es una historia de amor, un amor muy bestia, que lleva a los protagonistas a enloquecer. Alex se ha vuelto a superar. Si con cada película aportó algo novedoso a su forma de hacer cine, aquí parece haber llegado al nivel de los maestros. La película para nada parece una obra de arte, pues arranca muy bien, pero en la segunda parte, cuando enloquece el payaso triste, la cosa cambia, parece que se le va todo de las manos. La historia la trata de unir con hechos históricos, que bien se podían haber pasado por alto, pero eso es lo de menos. Todo parece caótico, desproporcionado, pero me da la sensación que todo el mundo estaba más pendiente de ver unos malditos bastardos a la española que una película de Álex de la Iglesia. Pero dentro del caos este que he mencionado hay orden, hay también un poco del ingrediente estrella, el surrealismo, pues también así es un poco lo que nos presenta el circo, ilusiones, fantasías. Trata de hacer posible cosas inverosímiles. Y cuando todos esos ingredientes se mezclan en la olla del director vasco sale, si todo ha tenido su tiempo adecuado de cocción una obra de arte.
Es cierto que la película no es apta para todo el público. Es para mayores de edad. Y dentro de esos mayores de edad, aquellos que estén preparados para soportar violencia, sexo, humor, sangre, disparos, y en el fondo, belleza.
Hablar de los actores se muestra sencillo, están todos fantásticos, cada uno en su justa medida. Destacan el trío protagonista, los cuales, salvo Álvaro de la Torre podemos decir que son novatos, pues apenas han comenzado su andadura en las grandes pantallas. Los secundarios, siempre están geniales, son los que ponen en la mayoría de los casos el toque humorístico. Todos ellos son de sobra conocidos y típicos en las películas del director.
La película cuenta con una excelente banda sonora, con una realización cuidada al detalle, la iluminación, la fotografía… Todo para que luego el público que sea fan de Álex y el que no lo sea pero que le guste el buen cine y las películas muy gores con humor muy negro, puedan disfrutar de una hora y cuarenta minutos pegados a la butaca sin necesidad de mirar el reloj y siempre con dos gestos, la risa y el asombro por la violencia y la belleza que hay en las escenas.
Lo mejor: el trío protagonista.
Lo peor: excesiva locura del payaso triste quizás
Nota: 8

viernes, 10 de diciembre de 2010

Biutiful


Agradezco al señor Iñárritu que esta vez solo muestre una historia y no sus típicos cortos unidos con un hilo cogido con pinzas por los extremos.

Esta vez ha mostrado una historia de las que verdaderamente llegan más a las personas, pues ha permitido empatizar con Uxbal, y sentir su desesperación y sentimiento de fracaso, su dolor, su fin (dejar todo bien preparado antes de su muerte en ese mundo tan complicado)

Ha mostrado también una ciudad distinta de como conocemos a Barcelona. Así, yo no quiero estar allí, en los planos generales, toda ella me parecía igual, sucia, pero humilde.

Bardem nos vuelve a sorprender, es uno de los grandes. Es quien sostiene la película. La cual falla en muchos aspectos, pero los cuales no me apetece aquí y ahora mencionar. También es de destacar el trabajo de los chicos, es difícil trabajar bien a esas edades.

Lo mejor: Bardem (soberbio en todo momento)
Lo peor: excesiva duración (puede resultar pesada y privarnos de los otros sentimientos aflorados)
Nota: 7.5

III

Dedicada a un Marqués y a quien se vea en ella.

Recuerdo todavía aquella mirada.
Ella tenía miedo, espero que fuera el motivo.
Yo en mi saludo no incluí beso, fui esquivo,
la timidez me comedía. Era fría la mañana.

Con el paso de los días
su muro fue cayendo, se dejaba conocer
soñaba con mañana, quería volverla a ver,
pero aún no amanecía.

De la cabeza no me quito su dulce voz,
su bella sonrisa, sus brillantes ojos.
Pero llegó mañana y, me despertó el sol.

A la voz de hola, ¿qué tal? buenos días,
perplejo me hallé, ¡más bella que ayer!
no supe qué responder, ¡qué cabeza la mía!

lunes, 6 de diciembre de 2010

Salamanca del Tormes

Una ciudad entre ranas y toros donde el saber no ocupa lugar
Jorge Velasco.
Enganchar es complicado si no se sabe cómo empezar. Una idea invade constantemente a otra. A cada cual mejor. Por eso las he ido apuntando a modo de esquema en función de la importancia de que las creo convenientes. Sepan que primero les introduciré la llegada, lo típico. Que le seguirá el hospedaje y la primera toma de contacto. Y que los acontecimientos se darán de forma ordenada. Del restaurante al monumento y del monumento siguiente al restaurante, así hasta la hora de regresar. ¿Y qué tiene de malo empezar relatando de forma ordenada? ninguna señores. El problema está en encontrar cuál va a ser ese orden. Pues ese orden deparará el futuro de los acontecimientos.
A las 20:30 horas llegaba a Chamartín con mi billete destino a Salamanca. El tren tomaría salida a las 21:13 con puntualidad inglesa. Tomamos algo de cena mis compañeros de fatigas y yo. Después bajamos las escaleras que daban al andén donde esperaba el Renfe. Coche 3. Plaza 38, letra p, de pasillo. Aquel iba a ser mi sitio durante el viaje. A eso de las doce llegamos a Salamanca. Ya se respiraba otro aire distinto al de Madrid. Hacía frío, pero no importaba. Confieso que estábamos perdidos. Nunca había ido en tren a la ciudad bañada por el literario Tormes. Por ello, tuve que molestar a un recepcionista de un hotel de la periferia del centro para que me guiase hasta nuestro destino, el Hotel Alianza III. Aquel hombre, en ese momento despachaba con gusto a una pareja de mediana edad, foránea, que tenía toda la pinta de que iban a salir a tomar una copa por la zona turística. Este recepcionista es un tipo enjuto, no muy alto, nariz chata, gafas de montura al aire, bigote poblado y poco pelo de color canoso. Su aspecto era el de un tipo que parecía llevar toda la vida trabajando allí. Con gusto nos indicó el camino que debíamos tomar. Había que seguir la Avenida de Mirat y luego coger el Paseo de las Carmelitas hasta topar con el Hospital de la Santísima Trinidad, pues el hotel estaba en frente.
Una vez dejadas las maletas comenzaba la visita. Empezó por la Plaza Mayor, que vista de noche, con la iluminación particular, para muchos gana en belleza, aunque para otros – entre los que se incluye el arriba firmante- pierde, ya que piensa que los edificios de estilo barroco ganan en esplendor con la luz natural, ya que se admira mejor esa frescura que desprenden. Después de la Plaza Mayor – a la que recomiendo entrar por todas sus puertas y admirar con la luz del día- toca, según el plan nocturno, visitar los locales de marcha. Para ello qué mejor que preguntar a las gentes del lugar y elegir el que propone la mayoría. El Potemkin fue el elegido. Como el mítico acorazado ruso. Ponen música de los 60, 70, 80 y 90. La entrada es gratuita y no es como en muchos locales de Madrid. Allí se estaba a gusto. El aforo era el justo y necesario. Y el precio por una copa era insultantemente más bajo que si te la tomas en cualquier local de prestigio de la capital.
A la mañana siguiente, tras el desayuno, tocaba hacer el plan del día. Se presumía un día maratoniano. Había que ver prácticamente todo, la Casa de las Conchas, la Clerecía, la Universidad, la Catedral… La primera parada fue la Plaza Mayor y el Ayuntamiento, del que destacan las tres campanas y el reloj que tiene en lo más alto y hacen resaltar a la plaza en ese su lado norte. Saliendo por la puerta sur y cogiendo la Rúa Mayor, la calle principal del casco antiguo, se llega a la Casa de las Conchas y la Clerecía de la Universidad Pontificia. La Casa de las Conchas debe su nombre a su fachada repleta de conchas en relieve. Se remonta el edificio a la época de los Reyes Católicos. En su interior hay un patio con un pozo de piedra que lo preside. Al fondo la biblioteca pública. Y en el corredor de su piso superior se puede ver una exposición de fotografías llenas de vida sobre Iberoamérica. Y es que Salamanca siempre ha sido un referente para estos territorios de ultramar. No hay más que pasear por la ciudad, leer un poco su historia, acercarse a su piel y escuchar el habla de la calle para darnos cuenta de la existencia de esta conexión. La Clerecía, por su parte, pertenece hoy a la Universidad Pontificia. Fue un edificio pensado para la formación de laicos y religiosos curiosamente. Refleja un modo de entender el mundo, el de los jesuítas. En su parte museo, lo que más llama la atención es el fresco del cielo que pintó Fernando Gállego.
Representa el estudio de la astrología. Refleja un nuevo mundo. “ Es un cielo que sorprende por su fuerza, vigencia y magnetismo” dijo el pintor al finalizar la obra.
Saliendo de la Clerecía, a mediodía, y tomando la Rúa Antigua, se llega, pasando por una pequeña travesía al Patio de las Escuelas de la Universidad. Allí el barullo de gente era tal que casi no se podía andar. Todos murmuraban, hablaban bajo, señalaban, y miraban al mismo sitio, la fachada del Edificio Histórico. Todos buscaban el emblema de la ciudad charra. La rana encima de una de las calaveras. La leyenda cuenta que quien vea a la rana aprueba sus estudios. Por eso, la mayoría de los allí presentes eran menores de treinta años, todos estudiantes. Tras ver la rana me entró el regomello. Me apetecía entrar a ver la Universidad y a la vez quería sentarme a tomar una caña con su respectiva tapa que me mantuviese en pie hasta las tres. Al final optamos por ver la Universidad, nos picaba en demasía la curiosidad. Quería sentir cómo es estar en la universidad más antigua de España (S. XIII) y ver las aulas donde ilustres como Alfonso X el sabio, Francisco de Vitoria y Unamuno, impartieron su cátedra. Entrando se ve un patio con soportales que lo bordean. Esos pasillos emanan saber, cultura, amor, arte. Entra en una clase, la Unamuno por ejemplo. Un aula un tanto chica. Bancos sin respaldo, sin sillas, a lo sumo un poyo. No hay pizarra, no hay altar que indique el lugar del profesor. El aula de Alfonso X es más de lo mismo. Parecen poca cosa. En el fondo son poca cosa. Pero tienen algo. Están en un lugar, con un ambiente, que las hace especiales. Sobre todo la de Francisco de Vitoria, la más grande de todas, con ese púlpito tan característico presidiendo la habitación. El ejercicio mental de imaginarnos a estas grandes figuras ser esperadas por sus pupilos antes de comenzar, ver a estos jóvenes sacar los libros mientras hacen comentarios… y ver el silencio de respeto cuando entra el maestro, es imposible que no se haga. Sale solo. Nos lo pide el cuerpo.
Al salir de la universidad había cambiado. Me sentía que había aprendido algo. Me estaba llenando de historia, de cultura. Pero el cuerpo me pedía que le diese sustento, que el día iba a ser largo. Callejeando salimos a la Rúa Mayor para buscar el restaurante más económico en función calidad precio. Tras ojear la carta de unos y otros entramos en El Ave. La sopa castellana no podía faltar de primero. Servida en esos tazones de barro humeante. ¡Qué bien sienta! Sobre todo si el día es frío, como era el caso. Tampoco puede faltar una buena carne de segundo y su vino de acompañamiento. Tras una comida como esa la siesta invita a uno, pero la ciudad me llama a su visita y eso vence al sueño. Eran las cuatro de la tarde y nos disponíamos a ver la Catedral. De camino, un mendigo que pedía con una gracia particular, dentro de la pena y lástima que desprenden, llamó mi atención, la de mi bolsillo y la de varios transeúntes más. “Ya ha hecho su tarde” dijo uno que pasaba por allí. Probablemente, pensé, pero quería ayudar. Así llegamos a la catedral. Su corte románico y cúpula bizantina chocaban. Al igual que choca ver en una de las puertas el relieve de un astronauta y una liebre a la que hay que pedir un deseo según otra leyenda salmantina. Las torres medievales constituyen uno de los emblemas de la ciudad. Definen desde la distancia su perfil, la línea del horizonte. Desde cerca se imponen de un modo rotundo. No dejan a nadie indiferente. Además las vistas desde la torre Ieronimus, en honor al capellán del Cid D.Jerónimo Perigeaux, la vista de la ciudad es una delicia. Impacta y, a uno le hace sentirse insignificante frente a tanta grandeza.
La media tarde va acercándose y nosotros a su paso, lentos por el cansancio, bajamos las callejuelas camino al famoso huerto de Calixto y Melibea. Un pequeño recinto donde la imaginación de uno – si es buena- le hará pasar un rato entretenido, porque en caso contrario debido quizá a la dejadez y el descuido, el huerto solo tiene pinta de huerto. De huerto sin plantar. Lo único que se puede destacar es la vista perfecta que se tiene del toro y el puente romano. Los emblemas de la ciudad junto con la rana, y que aluden a la obra anónima Lazarillo de Tormes. El puente unía Mérida con Astorga en la antigua Vía de la Plata.
Después de la agria experiencia del huerto- supongo que me hice muchas ilusiones o me falló mi capacidad hiperestésica- el Convento de San Esteban era la última parada. Íbamos bien de tiempo, relajados, de tienda en tienda. Buscando algún recuerdo que llevarnos. Así aparecimos ante las puertas del recinto renacentista que albergó a Domingo de Soto, Martín de Azpilicueta, Diego de Deza y Francisco de Vitoria entre otros. El convento es otro punto donde se aprecia la unión con América. Lo que más llama la atención del convento es la Escalera de Soto. Su nombre se debe a quién costeó su construcción
en 1553. Tiene, pese a su corto trayecto, la peculiaridad de que el tramo inferior soporta a todos los demás. Los tres tramos están decorados con motivos floreados, y el último, hacia el interior, cuenta con un relieve en piedra de María Magdalena recostada, meditando sobre un libro y una calavera. Un gusto para los sentidos.
El viaje cultural termina y da el relevo a la diversión, distracción y degustación del paladar. Anochece y el frío se hace más intenso. Buscamos un local para picar algo. Curiosamente acabamos en un café-bar de la Plaza Mayor cenando a base de cañas y tapas. La tapa típica es el farinato, un embutido con forma de salchicha acompañada por miga de pan, especias, patata y huevo frito. Pica un poco, pero el gusto es inolvidable. A las diez, hartos de comer, comenzamos a tomar la última. Primero en un pub irlandés, el Irish Rover , muy conocido, y en el que con suerte, mientras degusta uno su pinta de Guinnes de barril, puede escuchar y ver música en directo. Después en un local llamado Camelot donde la gente joven toma sus copas al ritmo de la música comercial más novedosa. La última parada es la Chupitería. Chupitos a precio económico terminan por vaciar nuestras billeteras. De esta manera concluye el viaje a Salamanca, una ciudad que se ve enseguida pero que deja un regusto muy bueno. Es una ciudad donde se aprende y se divierte, y la sensación es que antes de marcharme ya quería volver y que antes de llegar ya quise quedarme.
Guía:
Dónde comer: Café Real la Plaza, en la Plaza Mayor.
El Ave, en la calle de los libreros.
Hoteles: Tryp Salamanca **** c/ Álava nº8-14 tlf: 92 326 11 11
Parador de Salamanca **** c/ Teso de la Feria nº2 tlf: 92 319 20 82
Alianza III * avda/ Villamayor nº 2, 1ºA tlf: 92326 83 60

JVF

“Sí que me acuerdo, sí que me acuerdo”

Extremoduro reunió anoche en el primero de sus dos conciertos fin de gira a más de 30.000 personas en el Palacio de Deportes de la Comunidad de Madrid.
Jorge Velasco. Madrid.
Muchos ya estamos hartos de que traten siempre de hacernos el timo de la estampita y de que nos digan cada vez que el grupo extremeño saca un nuevo álbum que hay que ir a verles, pues no se sabe cuánto le queda de vida a Robe Iniesta, líder y voz del grupo. Supongo que este bulo está usado sólo como reclamo para ir a ver a la banda de Plasencia y no a ver como un ex drogadicto da sus últimas notas con su guitarra encima de un escenario. Por este motivo y, sobre todo, porque tienen nuevo disco en el mercado, La ley innata, el grupo extremeño está de vuelta. Ha regresado a la carretera tras unos años de descanso que los han empleado para componer con mucho mimo y detalle las letras que forman su último álbum.
La gira arrancó allá por Mayo, aún sin el disco en el mercado, y anoche llegó por segunda vez a Madrid para cerrar la gira en la primera de las dos noches que el grupo actuará en la capital. Y cómo no, el recinto empleado para el evento, el Palacio de Deportes de la Comunidad de Madrid, se llenó, o como decía uno de los muchos que formaba la masa del público “¡está petao macho!”. Es cierto, no quedaban ni entradas de última hora en taquilla. Todo estaba vendido.
El concierto tuvo de todo. La fiesta la empezó el grupo invitado, Doctor Deseo, que han sido los encargados de telonear (si es que esta palabra existe) durante toda la gira a la banda de Robe y Uoho. El vocalista y líder trató de salir lo más arreglado posible para la ocasión y, sin querer le salió un look muy al estilo de Freddie Krueger. A pesar de esta curiosidad el grupo estuvo muy a la altura de las circunstancias.
Después, tras media hora de pausa, de avituallamiento para coger energías, ese último mini de cerveza, empezó el show de Extremoduro. Cayó el telón. Apareció la banda y comenzaron a tocar uno de sus mejores temas, Deltoya, y el delirio se apoderó de todos, tanto de chavales, como treintañeros de la grada pasando por los típicos en estos saraos, esos que tienen al Che Guevara como icono y que visten con ropa de mercadillo y pantalones gachos. Tras un comienzo de varios temas conocidos por todos sus seguidores llegaron las canciones del nuevo disco empezando por la más significativa del álbum, Dulce introducción al caos. Pues el tema no puede expresar mejor el fallo de sonido que hubo justo antes del descanso. La expresión que se le escapó a Robe lo dice todo “me cago en la puta”. Quizá no ha sido la mejor expresión, pero así es cómo ha calado Extremoduro en mucha gente. Con expresiones llanas y letras de poeta de alcantarilla y barrio bajo.
Tras un descanso de media hora, que en un principio iba a ser de diez minutos, la banda pidió disculpas por el fallo de sonido. Mucha gente estaba indignada y pedía que le devolviesen el dinero. Pero estos comentarios se desvanecieron en el ambiente cuando el grupo regresó al escenario con muchas más ganas y con mejor audio. En esta segunda parte la alegría y el alboroto se apoderaron del público, sobre todo del que ocupaba la pista. Saltos, empujones, canturreo de los temas… en fin. “En las Ventas hubiese sido mejor el fin de gira” decía uno de los muchos que pasaron delante de mí. Y razón tampoco le faltaba a pesar de su estado de embriaguez.
El concierto terminó con las canciones míticas, las que todo el mundo sabe. Puta, Salir y, Ama, ama y ensancha el alma cerraron la noche. “Ya no me acuerdo de nada…” dice uno de los temas a lo que el líder del grupo contestó “sí que me acuerdo, sí que me acuerdo”. De esta manera y levantando la guitarra en alto se despidió hasta siempre y hasta otra Robe Iniesta, dejando que el resto del grupo cerrase la fiesta secundando a Uoho en su mini concierto de diez minutos. En el que dio una master class de cómo tocar la guitarra eléctrica.
JVF

El circo de Oz

Mägo de Oz reúne a 10.000 personas en Vistalegre en una fiesta cuyo protagonista fue el rock ´n´roll.
Jorge Velasco. Madrid.
Sábado 1 de noviembre. ¿Qué cosa hay mejor que un concierto de rock para continuar con la resaca de la noche de Halloween?. Eso mismo debieron de pensar los integrantes de Mägo de Oz cuando decidieron hacer una fiesta tras una noche de terror “hasta que el cuerpo aguante”.
El lugar elegido era idóneo. Un palacio. Vistalegre de nombre y situado nada menos que en la cuna del rock de Madrid, Carabanchel. En este mágico lugar la banda madrileña capitaneada por su batería, Txus di Fellatio, presentó su último álbum BARAKALDO- D.F. El título del álbum “es una metáfora” según palabras textuales de Txus. “Con este título queremos unir con un puente imaginario a España con México y el resto de americalatina, pues gracias a su apoyo Mägo se ha convertido en lo que es hoy, un gran grupo de de heavy rock que llega a todo el mundo”.
La fiesta comenzó a las 19:00 con las actuaciones de Dj Mariskal y Dj El Pirata. La gente iba llegando poco a poco. No había prisa. El “puente” intercultural que ha tendido la banda a lo largo de ya diez años de carrera se dejó notar en el público que acudió a ver el espectáculo. Desde los típicos heavies de ropa de cuero negro y larga melena, hasta las familias con padres, madres, abuelos e hijos, sin olvidarnos del público latino tan querido por la banda.
Tras la ambientación creada por los dj´s, la banda Breed 77 se encargó de preparar al público para lo que iba a ser una gran velada rockera. Pese a ser todavía unos desconocidos que se intentan hacer hueco en el difícil mundillo de la música no defraudaron, vamos que dejaron buen sabor de boca. Pero todavía se notaba en el ambiente que la fiesta no estaba en lo más alto, en su clímax. El público estaba un poco sosillo, como si hubiese estado guardando fuerzas. Y en efecto, porque fue dar las 21:00 y sonar Y serás canción, un tributo a su difunto productor Big Simon, aún sin caer el telón seguido de la intro El espíritu del bosque del álbum La ciudad de los árboles cuando todo el mundo acompañó como una gran masa perfectamente acoplada el tarareo y en otros casos canturreo de éstas.
Y de repente, se abrió el telón. “Buenas noches, ¡cabroneees!”. Con este saludo cordial de su cantante Jose Andrëa y el tema La ciudad de los árboles la banda madrileña comenzó un concierto que se alargaría hasta las dos horas y quince minutos.
Con la puesta en escena sorprenden cada vez más. El escenario era un bosque presidido por un gran árbol de cuyas raíces brotaban todo tipo de especies. Desde duendes y brujas de todo tipo y colores hasta hadas y unicornios. Todos ellos secundaban de forma magistral al grupo rockero.
En cuanto a los temas tocaron una gran variedad. Destacó el sólo de guitarra de Jorge Salán a mitad del concierto terminando su “espectáculo personal” con la conocida Marcha turca. Aunque el público echó de menos temas como La rosa de los vientos, Hoy toca ser feliz o El atrapasueños. Pero aun así no defraudaron, es más, cuando parecía que la fiesta se iba a echar toda por la borda por un problema de sonido la banda mostró sus tablas. El caso fue que el grupo perdió el audio a la mitad del fabuloso tema de La costa del silencio. Para terminar la canción como se merecía hicieron, como ya he mencionado antes, gala de sus años en los escenarios y consiguieron encauzar el fallo aunque no sin ayuda del público, que colaboró de forma magistral cantando junto al grupo el resto de la canción a capella .
Tras el delicioso concierto de Mägo, la fiesta continuó hasta bien entrada la noche con música de los Dj´s que comenzaron la función. El recinto cambió de aires y en menos de lo que canta un gallo se convirtió en una discoteca rockera improvisada en el ruedo de Vistalegre. Todo aquel que se quedó pudo disfrutar de tomarse una copa y la última con su grupo favorito y hacerse fotos con ellos.
En definitiva, una noche inolvidable dónde la gran estrella fue el heavy rock y Mägo de Oz, un grupo tan bueno en los escenarios como cercano y simpático fuera de ellos.
JVF

Antropología Salvaje


Comentario de la película Hacia rutas salvajes (seminario de cine)

Título: Hacia rutas salvajes
Título original: Into the wild
Año/ duración/ nacionalidad: 2007/ 140min/ USA
Director: Sean Penn
Guión: Sean Penn (basado en el libro de John Krakauer Hacia rutas salvajes)
Producción: Sean Penn, Art Linson y Bill Pohlad
Montaje: Jay Cassidy
Fotografía: Eric Gautier
Música: Eddie Veder y Michael Brook
Reparto: Emile Hirsch, Marcia Grey-Harden, William Hurt, Catherine Keener, Vince Vaughn, Hal Hoolbrook, Jena Malone, Brian Dierker, Kristen Stewart, Thure Lindhardt, Signe Egholm Olsen, Haley Ramm y Zach Galifianakis.
Productora: Paramount Vantage / River Road Entertainment
Estreno en USA y recaudación: 21/09/2007 17 millones (costó 15 millones hacerla)
Premios: 2007: 2 nominaciones al Oscar: Mejor actor de reparto (Hal Holbrook), montaje
2007: Globo de Oro: Mejor canción original. 2 nominaciones
2007: Nominada al Cesar: Mejor película extranjera
2007: National Board of Review: Mejor actor revelación (Emile Hirsch)
Género: Aventuras/ Drama / Naturaleza/ Basado en hechos reales/ Road Movie/Cine independiente

Sinopsis:
En 1992, Christopher McCandless (Emile Hirsch), un chico joven, un tanto idealista, deja su vida de ciudad, se cambia de nombre por el de Alexander Supertramp, deja todo lo que posee y dona sus ahorros a beneficencia, para poner en marcha su viaje soñado, ir a Alaska, a una tierra salvaje donde espera tomar contacto con la verdadera naturaleza y con su existencia. Basada en el libro de Jon Krakauer, que a su vez se basó en las notas del diario que McCandless escribió en sus viajes.

Comentario Antropológico y relación con los temas vistos en clase:
Nota: no va a ser sencillo realizar el comentario, debido a los muchos saltos en el tiempo y situación que presenta la película, pero intentaré ser lo más claro posible.
Hacia rutas salvajes es una película que trata muchos temas. Es una película que gira en torno a la búsqueda de la libertad suprema por parte del protagonista. También trata otros temas muy importantes como son el amor, las obsesiones, la felicidad, la soledad, la visión religiosa del mundo…
La marcha hacia tierras salvajes:
El protagonista de la historia es Chris McCandless, un joven que siente que la civilización le ha intoxicado y que ha perdido el porqué de su existencia. Por este motivo, Chris pone en marcha plan, aunque más que plan podría llamarse deseo y también una odisea, pues va a emprender un camino espiritual para encontrarse así mismo y tratar de encontrar como principal meta la libertad suprema.
Chris es un joven de familia adinerada de la costa Este norteamericana. Pero su familia está rota. Ve a sus padres como unas personas falsas, porque se da cuenta, en un momento determinado de su vida, que él y su hermana son fruto de una relación extramatrimonial y de que, por tanto, son hijos bastardos. También piensa que son codiciosos, solo se mueven por el dinero y tratan de aparentar con los de fuera aquello que realmente no son.
Esto último se ve en la escena en la que la familia está comiendo en un restaurante para celebrar que Chris se ha graduado en el instituto y que va a pasar a ir a la Universidad. Durante la comida, surge el tema de conversación de que porqué Chris no cambia de coche, su actual vehículo en ese momento es un viejo Datsun y que porqué no lo cambia por uno mejor. Entonces es cuando Chris les dice a sus padres: ¿para qué necesito otro coche? Este funciona perfectamente ¿es para presumir? ¿es por lo que puedan decir los demás al verme con el Datsun? ¿qué importa lo que piensen los demás?
Como se ve aquí, McCandless es un joven austero, con un código moral muy férreo. Es un chico que sabe lo que quiere, más que lo quiere, porqué lo quiere. Sopesa siempre si eso que va hacer es rentable o no lo es, si es bueno para su fin o no. Este carácter se debe en gran parte a su admiración por escritores como León Tolstoi, Jack London, Thoreau…

De Thoreau es la siguiente frase que aparece en el minuto 30 de la película:
“Antes que el amor, el dinero, la fe, la fama y la justicia, dadme la verdad”
Esta frase dice mucho del protagonista, pues resume sus ideales, sus principios. Nos dice cómo está jerarquizada su moral en cuanto a valores.
Por eso cuando emprende su viaje, el protagonista se desprende de todos los viene materiales posibles pues dice: “el dinero es un bien material, me separa de mi existencia. El dinero te vuelve cauto, solo hay que depender de lo verdaderamente necesario”
Los bienes que promueven las sociedades actuales, las sociedades de consumo, son bienes secundarios, materiales, que tienden a deshumanizar a las personas en lugar de llenarlas más, completarlas como personas.
Debido a esto, Chris emprende un viaje con lo básico, haciendo autostop hacia su tierra prometida particular, Alaska.
Primer encuentro: La pareja de hippies
Esta pareja es la primera que recoge a Chris (ahora ya con un pseudónimo, Alexander Supertramp). Con ellos llega a la costa Oeste de Estados Unidos.
Las cosas que se sacan de su primer encuentro con otras personas es:
1- Alex habla con el marido y éste le comenta al joven: “las cosas pasan en determinados momentos por algo” viene a decirle, tú has llegado a nuestras vidas en el momento que tenías que venir por algo. Eso no es una casualidad.
2- Durante la conversación entre Alex y Rainey, la mujer de éste, Jan, se aisla y se sume en la soledad dando un paseo por la playa porque Alex le recuerda a un hijo que ha perdido. La conversación sigue así: “Hay personas que creen que no merecen amor, y se suelen dirigir hacia espacios vacíos e intentan cerrar las brechas del pasado” dice Alex a Rainey, a lo que éste responde: “chaval, ¡qué listo eres! ¡Jesús! ¿no serás Jesucristo?”
Quizás Alex, sin él buscarlo, se pueda asemejar a la figura de Jesús. Tiene un viaje que realizar, los dos siguen unos motivos para sus quehaceres, los dos influyen, debido a su carácter en esas personas con las que tratan durante el viaje, los dos llegan en el momento necesario. ¿Es posible que Dios quisiera que Chris (Alex) hiciera ese viaje?
3-“Lo único que nos brinda el mar son golpes duros y, a veces, la posibilidad de sentirnos fuertes. Sé que lo importante en la vida no es ser fuerte sino sentirse fuerte, medir tu capacidad al menos una vez. Hallarte al menos una vez en el estado más primitivo del ser humano, enfrentarte solo a la piedra fría y sorda, sin nada que te ayude, salvo las manos y la cabeza…” (Alex Supertramp)
En esta última cita, el personaje se muestra como una persona que se hace preguntas importantes, ¿qué es el hombre? ¿qué debe hacer? ¿qué le cabe esperar? Etcétera, por ello realiza este comentario, porque sabe qué es lo que le falta al hombre y porqué está cada más tendiendo al aletargamiento, a no quejarse, a aislarse, a la soledad. Y es porque se han contentado con los valores falsos en cuanto a grado de necesidad que les da la sociedad de consumo actual.
Segundo encuentro: El granjero
Avanzando en su viaje hacia la tierra soñada, Alex topa con un granjero, al cual le pide trabajo por una temporada para conseguir algo de dinero con el que moverse para conseguir lo necesario hasta su meta, Alaska. Este granjero se llama Wayne Westerberg. Con él tiene una conversación en la barra de un bar una noche tras el trabajo en un estado considerable de embriaguez. Alex le cuenta el porqué de su viaje, le dice que la sociedad está enferma, se siente intoxicado por ella. No le da nada que le llene como persona.
Wayne le contesta: “estás obsesionado con esas cosas, no pienses tanto en ellas” (durante esta conversación Wayne se hace llamar “El señor feliz”) Pero Alex no es feliz, porque esa felicidad no es la real, no es la que hay que buscar la que promueve a encontrar Wayne.
Wayne le trata de hacer entrar en su razón, le dice que se conforme con lo que tenga a mano, que busque la felicidad en una noche de fiesta, en una noche de sexo… eso no es la verdadera felicidad. No hay que conformarse con placebos que nos proporciona la sociedad de consumo de hoy en día, eso no es la verdadera felicidad como ya he dicho porque siempre nos acaban dejando esas situaciones o emociones vividas un vacío, y siempre nos acabos cansando de ellas tarde o temprano. En el caso de Alex quizás, a ojos de la gente se ha terminado muy rápido.
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La película en este momento, vuelve a mostrarnos a Chris en Alaska, en un momento en el que decide volver para conseguir más provisiones pues espera avanzar más adentro, en la naturaleza del simple paraje donde se encuentra el autobús.
Baja hasta Los Ángeles y allí se da cuenta de que quiere volver a Alaska, se da cuenta al ver esa ciudad de porqué huyó fuera de la civilización, por ello, vuelve de nuevo a ponerse rumbo hacia Alaska.
Momento en el que suena la canción Society, la cual resume perfectamente el pensamiento de Chris sobre la sociedad actual. Eddie Verder y Jerry Hannann has compuesto una letra que parece escrita por el propio McCandless (la pongo ya traducida):
Es un misterio para mí /Tenemos una codicia con la que estamos de acuerdo /Y crees que tienes que tener más de lo que necesitas /Hasta que no lo tengas todo no serás libre.

Sociedad, eres una loca especie /Espero que no estés sola sin mí…

Cuando quieres más de lo que tienes /Crees que necesitas… /Y cuando piensas más de lo que quieres /Tus pensamientos empiezan a sangrar /Creo que necesito encontrar un lugar más grande/ Porque cuando tienes más de lo que crees /Necesitas más espacio.

Sociedad, eres una loca especie /Espero que no estés sola sin mí… /Sociedad, loca efectivamente/ Espero que no estés sola sin mí…

Hay quienes piensan, más o menos, que menos es más/ Pero si menos es más, ¿cómo sigues anotando? /Significa que por cada punto que hagas, tu nivel baja /Como si estuvieras empezando desde arriba /No puedes hacer eso…

Sociedad, eres una loca especie /Espero que no estés sola sin mí…/ Sociedad, loca efectivamente/ Espero que no estés sola sin mí…

Sociedad, ten misericordia de mí/ Espero que no estés molesta si no estoy de acuerdo…/ Sociedad, loca efectivamente/ Espero que no estés sola sin mí…

Tras esta letra, que invita a la reflexión, y que la mayoría creo que comparte si se para a pensar la mayor parte de lo que dice, aparece unas imágenes con voz en off de la hermana en las que los padres de Chris, aparecen unidos. Ellos, unos padres que ya no se querían, debido a la pérdida de un hijo y su constante búsqueda, se ven unidos por el dolor que ello trae consigo.
Las cuestiones que esto suscita son: ¿Ha arreglado Chris la situación sentimental de sus padres? ¿Era esto lo que quería Chris realmente, que sus padres reflexionaran o iba más allá con su viaje?
Estas cuestiones se resuelven todas ellas al final de la película, por ello dejaré este comentario para luego.
Tercer encuentro: vuelta con los hippies
Alex, tras desistir en su primer intento por ir a Alaska, debido a su mala preparación, decide regresar a la ciudad. Baja a Los Ángeles, allí se encuentra de nuevo con sus primeros compañeros de viaje, Jan y Rainey. Pero donde viven ahora esta pareja es una comunidad de hippies. Allí Alex conoce a la joven Tracy, la cual se enamora perdidamente de él. Alex también siente afecto por ella, pero el plan que tiene y su férrea moral le impiden ir más allá de la amistad con esa persona.
Ella quiere tener sexo con él y, Alex se niega. Primero porque le resultaría como una falta de respeto hacia una persona que con esa propuesta tan falta de sentido no se respeta a sí misma. Segundo porque el sexo es algo material de lo que se puede prescindir y que es marca registrada de esta sociedad de consumo.
Con ella, entonces acude al Monte de la Salvación. Allí hay un monumento con una cruz en lo más alto que reza en letras coloridas Dios es amor. En ese lugar, tienen una conversación con el creador de ese monumento sobre el amor, Leonart Knight. La cuestión que se plantean es: ¿Es posible el amor?
Leonart le dice: “construido esto con material que la gente me ha dado porque me quieren mucho, y yo quiero devolverles el amor con este monumento”
Alex le realiza entonces la pregunta de si es posible el amor, a la que el viejo responde:
“Sí, totalmente, esto es una historia de amor que está dejando estupefacto al mundo entero. Dios nos ama mucho, ¿era eso lo que querías saber?”
Cuando dice esto, no se refiere solo a sus creaciones, sino que cuando habla de la historia de amor se refiere a todas las relaciones humanas. Y que esto que vivimos es gracias a Dios, porque él nos ama, y nosotros debemos tratar de devolverle ese amor en la medida de lo posible.
Tras conseguir el dinero suficiente para volver a su idea principal, Chris deja a sus amigos, les deja entre lágrimas pues ha calado en ellos. Les ha hecho diferentes, les ha hecho más humanos de lo que ya eran, pues ellos también han calado en Chris.
La imagen posterior es cuando Alex define su concepto de felicidad leyendo un libro de Tolstoi
“he vivido muchas cosas, y ahora creo que sé lo que se necesita para ser feliz: una vida tranquila y alejada en el campo, con la posibilidad de ser útil a otras personas con las que resulta fácil hacer el bien y que no están acostumbradas a que las ayuden. Quizá un trabajo que sea de algún provecho y luego descansar, la naturaleza, leer libros, música, el amor al prójimo, esa es mi idea de la felicidad y, para culminar todo lo anterior, que usted fuera mía y que tuviéramos hijos tal vez, ¿qué más puede desear el corazón de un hombre?” (León Tolstoi, Felicidad conyugal)
Cuando termina la cita, sonríe, como diciendo: es verdad, eso es la felicidad que yo busco, por eso este viaje, por eso estoy solo aquí, en medio del campo, y por eso he tenido esos encuentros con esa gente. Sonríe porque está en el buen camino para alcanzar esa felicidad que le propone Tolstoi y con la que comulga y que ansia.

Cuarto encuentro: el viejo
Esta persona mayor es un ser aislado del resto de personas. Lo es porque está deprimido tras la pérdida de su familia hace unos años. El es un ex militar que vive en el silencio. Podríamos decir que no vive, que no existe.
Por eso, en su encuentro, Alex le dice que debe salir, que debe viajar. Para ello tiene que cambiar de vida.
De nuevo, con esta persona, surge la pregunta de si Alex es una especie de Jesucristo, con los muchos matices que les diferencian. Pero es que los dos coinciden en:
1 Han visto muchas cosas
2 Tienen una misión que cumplir
3 Han influido en otras personas
Con este señor, tiene una conversación muy interesante sobre la alegría, la felicidad y sobre el perdón.
El viejo le dice: “la alegría no la dan sólo las relaciones humanas. Dios está en todas partes, no solo en la gente”
Con esta frase, le hace ver a Chris que debe perdonar a sus padres por ser en lo que se han convertido, ellos aman a su hijo y le han educado bien, le han dado todo lo que podían darle (materialmente hablando)
“cuando perdonamos, amamos y, cuando amamos, la luz de Dios nos ilumina” le dice el viejo tras decirle que esa relación rota con su familia no se debe a un problema con ellos sino con la iglesia, pues no es que no respete a sus padres, sino que no respeta a Dios.
Alex no admite su problema y reacciona con un comentario irónico, pero se da cuenta de que es verdad aunque no lo admite de forma directa con esa persona.
Cuando admite ese problema y el porqué no alcanza a ser feliz, es cuando ya ha caído enfermo. Aquí pasamos al último punto a tratrar:
Quinto encuentro: la muerte
Alex cae enfermo por tomar unas plantas que eran venenosas creyendo que eran comestibles. Entonces toma conciencia de que se va a morir. No tiene fuerzas para salir de allí, no tiene provisiones, no hay medicinas, hace frío, cada vez está más delgado.
La enfermedad le lleva a delirar, y en medio de los delirios suelta frases con un sentido tremendo:
“Estoy atrapado en la naturaleza” frase que acaba con su ideal, la búsqueda de la libertad suprema
“la felicidad solo es real cuando se comparte” No es bueno estar solo, se da cuenta de que necesitaba de esas personas que ha conocido, pues con ellos sí que era feliz.
Tras los delirios, llegó posteriormente la muerte. Antes de morir se acordó de su familia, de sus padres. Pues se pregunta: “¿Si hubiese vuelto, volveríais a comportaros como antes de mi marcha?” Probablemente, los primeros días te tratarían diferente, incluso ellos se comportarían diferente, pero es imposible, al menos prácticamente imposible, cambiar a las personas a una edad muy avanzada y volverían a comportarse como antes. Su forma de ser así se lo haría demostrar.
Opinión personal:
Alex es una persona idealista, con una personalidad muy fuerte. Tiene un problema que no sólo a él le ha ocurrido, todos en un momento determinado se ha visto en una situación familiar similar (me refiero a que haya visto que su familia se desestructura por los motivos que sean) Alex tomó la decisión de marcharse para cambiar esa situación de sus padres. Echa la culpa a la sociedad de que su familia esté así y de que él sea así, por eso huye a un lugar lejos de la civilización. Allí, solo, espera encontrar todo lo que la ciudad no le da, bienes primarios y bienes inmateriales que no sean frutos del consumismo. Y se equivocó.
Para Alex, la realidad que vivimos es negativa, deshumaniza al hombre, en ello coincido con él, pero la tajante solución que propone no es la correcta, y se da cuenta de ello, tarde, es verdad, pues lo admite cuando sabe que se va a morir, que la gente es necesaria, que no hay bienes inmateriales como el amor, la felicidad, si no son compartidos con otros y estos otros no te corresponden.
Por otro lado, también veo que la vida, si de ella no tenemos una concepción cristiana no tiene sentido. Las bases de la cultura occidental tienen sus pilares, y renegar de ellos es engañarse a la hora de vivir. La gente que niega a Dios, le pasa que no se da cuenta de que esa religión, de la que forma parte, aunque no lo vea, es la que da sentido a sus vidas. Esas personas están equivocadas, pero será porque no se han hecho aún las preguntas que se ha hecho Chris (conversación con Wayne). A cada uno le llegan en su momento. Y normalmente, todos se dan cuenta de que deben cambiar.
Yo he sentido ganas de salir de la ciudad también porque me agobiaba, porque también no me llenaba como persona todo lo que me ofrecía. Huir de la ciudad también incluye dejar por un tiempo a familiares y amigos. Y el viaje que uno emprende para descansar, olvidarse del mundanal ruido, y en el fondo, encontrarse a uno mismo, yo siempre lo hago a pie, si puedo. Raro es el verano que no hago un Camino de Santiago. El Camino para mí es la búsqueda de uno mismo, también el encuentro con Dios, pero sobre todo, el encuentro con lo que he perdido viviendo en la ciudad. Las preocupaciones son diferentes. La reflexiones que ahí se hacen no son las mismas que uno hace en su tiempo libre en casa. Las personas que uno se encuentra tienen una historia, que puede ser lo más normal del otro mundo, pero allí enriquecen a los que están al lado. Y no hay nada más reconfortante que hacer un viaje espiritual de este tipo; porque cuando se vuelve a la ciudad, uno vuelve cambiado, no es la misma persona, viene feliz, y todo eso que ha visto, que ha vivido debe tratarlo de poner en práctica en la vida en la ciudad para tratar de no quedar alienado por la sociedad de consumo y aletargado.
JVF

Gosling, un actor de verdad


Título: ‘Lars y una chica de verdad’
Título Original: ‘Lars and the real girl’
Director: Graig Gillespie.
Intérpretes: Ryan Gosling, Paul Schneider, Emily Mortimer, Patricia Clarkson
Guión: Nancy Oliver.
Producción: Sidney Kimmel, John Cameron y Sarah Aubrey.
Música: David Torn.
Fotografía: Adam Kimmel.
Montaje: Tatiana S. Riegel.
País: USA.
Año: 2007.
Duración: 106 min.
Género: Comedia dramática.
¡Qué complicado es hacer buen cine con un presupuesto modesto! Aún así, Graig Gillespie (Mr.Woodwock, 2007), ha conseguido con su última película, Lars y una chica de verdad, una obra maestra, partiendo de la sencillez y de un tema que no se muestra así, en tono de comedia, muy a menudo en la pantalla, la soledad.
Lars (R.Gosling) es un chico que vive sólo. Muestra problemas de comunicación con los demás debido a su timidez. Gracias a un excéntrico compañero de trabajo, su problema torna en locura al encargar una muñeca sexual a tamaño natural, a la cual trata como una persona normal, es más la trata como a su novia. Su familia, su hermano y su mujer (P.Schneider y E.Mortimer), y todo el pueblo, le siguen el juego al tratar como si fuera una igual a Bianca, la muñeca de Lars. Todos se vuelcan a ayudar a Lars, pero Lars no es quien parece necesitar la ayuda.
Es una película que sigue la estructura clásica. Primero se nos presenta al personaje, su conflicto y, se plantea el primer giro, buscar una novia. Un giro que tiene el aliciente absurdo de que la novia es una muñeca. La historia avanza a ritmo de carcajadas y de situaciones surrealistas que gracias al gran guión y al trabajo excelente de los actores, sobre todo, Ryan Gosling y Emily Mortimer, se lleva hasta el segundo giro, la enfermedad de la novia de Lars. De nuevo una situación un tanto grotesca a la par que cómica pues vemos que, debido a la colaboración de todo el pueblo por ayudar a Lars, hacen el paripé e ingresan a Bianca.
Lars es un tipo normal, con un trabajo normal. Va a misa todos los domingos, pero su comportamiento es extraño debido a sus problemas de comunicación. Es muy tímido, le cuesta abrirse a los demás (hecho que vemos al negarse siempre a salir con su compañera de trabajo). Y al ser incentivado constantemente por sus amigos y familiares a buscar una novia, decide tomar el camino fácil que le propone su compañero de trabajo. El protagonista busca con este hecho dos cosas. La primera es calmar a sus allegados en cuanto a la insistencia de que se relacione con más gente. La segunda es buscar la felicidad. Una felicidad que Lars encuentra, al menos por momentos para asombro de su familia y amigos, quienes verdaderamente se dan cuenta al tratar a Lars en ese momento, de que ellos no son tan felices como creen.
Ryan Gosling vuelve a demostrar que es uno de los mejores actores americanos que hay en el panorama actual. Y eso que nunca ha tomado clases de interpretación. Recordemos que estuvo nominado al oscar a mejor actor principal por este papel. El resto del reparto está correcto, pero cabe destacar el papel de Emily Mortimer, la cuñada de Gosling en la ficción, un personaje perseverante a la par que tierno que es el que más se implica con el protagonista.
En cuanto a los aspectos técnicos, cabe destacar el montaje lineal y la sencillez de la producción, pues liga de forma brillante con la típica, pero poco contada historia que se nos recrea con Lars como protagonista, un hombre al que tachan de loco y que no está enfermo, ya que sólo quiere ser feliz.
El final es conmovedor, hace que nos demos cuenta de por qué nos gusta el cine. En fin, Lars y una chica de verdad es una película deliciosa que se ve con una sonrisa en la cara y con un punto de ternura durante la hora y cuarenta minutos que dura, pues rápidamente se empatiza con el personaje y su entorno. A todo esto ayuda muchísimo la banda sonora, que es sensacional, porque ¿quién no se ha sentido alguna vez como Lars?
JVF

Humanizar humanos


Comentario del 2º giro y clímax de la película Blade Runner

Título: Blade Runner.
Titulo original: Blade Runner.
Nacionalidad: EE.UU.
Año: 1982
Duración: 117 min
Clasificación: Mayores de 13 años
Género: Ciencia-Ficción, Cine negro, Clásico, Western, Policíaco
Color: Color
Fecha de estreno: 16/11/2007
Director: Ridley Scott
Guión: Hampton Fancher y David Webb Peoples, basado en la novela "¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?" de Philip K. Dick
Intérpretes: Harrison Ford, Rutger Hauer, Sean Young, Edward James Olmos, M. Emmet Walsh,Daryl Hannah, William Sanderson, Brion James, Joe Turkel, Joanna Cassidy
Música: Vangelis
Fotografía: Jordan Cronenweth
Montaje: Les Healey y Marsha Nakashima
Distribuidora: Warner Bros.

2ºGiro:
Se produce cuando el replicante Roy (Rutger Hauer) se reúne con su creador, Tyrell (J.Turkel). En el encuentro le pide más tiempo de vida, no quiere morir, quiere vivir más tiempo del que ha sido programado, pues se da cuenta de que la vida pasa muy rápido y de que merece una oportunidad para vivirla acorde a sus nuevas inquietudes (tema de la fugacidad de la vida). Roy es el primer “no humano” que razona sus sentimientos y emociones pese a no saber que verdaderamente siente.
Roy dice: “Es duro conocer a tu creador”. Esta frase viene a colación de que sabe cómo fue creado. Sabe que no ha sido fruto de un amor entre un hombre y una mujer, sino que ha sido una creación artificial, sin ningún sentimiento alguno, solo ha sido creado para un fin (hacer la vida más fácil a los humanos, trabajar para ellos) y además con un tiempo de vida limitado (4 años).
Roy no se siente amado por su padre y se lo echa en cara. Le dice que le ha destrozado la vida, pues al no poder amar, su vida no tiene sentido. Tyrell, por su parte, trata de hacerle ver de forma muy dura y seca lo que es. Pero Roy no acepta esas respuestas porque no son buenas moralmente. Por eso le dice que no irá al cielo y le mata. (Alusión a los temas de clonación, manipulación genética, y al concepto de amor)
Roy le dice que él es así, un fracaso de ser, porque así lo quiso su creador (en cierto modo le acusa de fallar en la creación, ya que le crea que le cree bien, piensa Roy).
Este tema lo recupera en otra película, Gladiator (2001), en la relación entre César (R:Harris) y su hijo Cómodo (J.Phoenix). Hay una escena en la que discuten padre e hijo porque su padre (Cesar) va a delegar Roma al general Máximo (R.Crowe) y no a su hijo. Cómodo le pregunta que porqué ha tomado esa decisión. Cesar le responde que esa decisión se debe a que su hijo no está preparado para gobernar Roma. Cómodo entonces se enfada y Cesar se justifica diciendo: “tus fracasos como hijo son mis fracasos como padre” y entonces entre llantos Cesar es asesinado por su hijo en un arrebato de ira y rabia.
Igual ocurre con Roy y Tyrell, salvo que en este caso Roy es quien hace ver a Tyrell que ha fracasado y que por su culpa él también ha fracasado y, también por rabia, mata a Tyrell.
La pregunta que suscita este 2ºGiro es ¿qué va a pasar ahora sin Tyrell, se va a hacer ya solo el bien?
Clímax:
Deckard (H.Ford) va a ver a J.F.Sebastian (W.Sanderson) a su casa. Él no está allí, allí se encuentra Pris (D.Hannah), la novia de Roy, la cual ataca a Deckard, quien al defenderse mata brutalmente a Pris.
Segundos más tarde llega Roy a casa de Sebastian. Viene de matar a Tyrell. Se encuentra a Pris muerta, y la llora, momentáneamente, pues no siente su pérdida de verdad, y va a matar a Deckard para vengarla (un movimiento que lo hace en el fondo “teledirigido por sus nociones insertadas por su creador de cómo actuar en ciertos casos).
Aquí comienza “el duelo final” (alusión a la película de 1977 Los Duelistas, del propio director) Roy contra Deckard, como en un Western. El “bueno” (Deckard) frente al “malo” (Roy), aunque esta terminología no es del todo correcta, sirve para situar.
Durante el enfrentamiento, Roy realiza una serie de acciones simbólicas trascendentales para el cambio de pensamiento de Deckard: (referencia a la religión cristiana)
• Se clava en la mano un hierro, para ver si siente dolor, si sufre, pero ve que no muere, que no le duele, se da cuenta de que no siente.
• Toma una paloma blanca
Con estos gestos, Roy trata “simbólicamente” en convertirse en Dios. Ya no lucha contra su adversario, es más, le salva de la muerte y le envía el último mandamiento, el del amor, con el siguiente monólogo:
"Es toda una experiencia vivir con miedo, ¿verdad?.
Eso es lo que significa ser esclavo.
Yo he visto cosas que vosotros no creeríais.
Atacar naves en llamas más allá del cielo de Orión.
He visto brillar Rayos C en la oscuridad,
cerca de la Puerta de TannHauser.
Todos esos momentos se perderán en el tiempo,
como lágrimas en la lluvia.
Es hora de morir"
Este comentario viene como anillo al dedo para cambiar el pensamiento de Deckard, respecto a una frase suya al principio de la película: “los replicantes y los blade runner no sienten”
Por ello, Roy hace como Cristo para con la humanidad, él para Deckard (y en el fondo para todos los humanos también). Muere para salvarles de esa vida que están llevando y les hace ver que han de cambiar.
Se resuelve aquí la trama principal, pues muere Roy, y Deckard en cierta medida ha cumplido con su trabajo. Y también la 3ª subtrama (el conflicto interior de Deckard), pues cambia su perspectiva por completo hacia los replicantes, aunque ya había indicios al enamorarse de Rachel (S. Young). Deckard, entonces, va a buscar a Rachel, a quien de verdad quiere. Ha aceptado que la vida es fugaz y que debe vivirla, no estar sólo, y que debe hacerlo con la persona a la que quiere de verdad, durante el tiempo que tenga.
Para cambiar de vida, R.Scott, hace que los personajes huyan, fuera de la civilización, no es que no vayan a volver, sino que van a recuperar los valores perdidos. De esta manera, gracias a las palabras de Roy, Deckard vuelve a humanizarse (los humanos se humanizan de nuevo)
Con este final también se critica a la civilización actual, a la sociedad de consumo, donde priman como falsos valores esenciales, bienes que en realidad no son tan importantes y que es una causa de la deshumanización de los hombres, pues no tiene sentido llevar una vida que no es plena, que es artificial, donde la felicidad es artificial o no hay.

Lo curioso de todas las películas que tratan temas antropológicos tan de primera mano, es que siempre dan una visión cristiana de cómo debe comportarse el hombre en sus acciones en la vida. Es interesante también porque si nos damos cuenta de cómo está concebido ahora el cristianismo, tiende a rechazarse por una “mayoría”, pero no se dan cuenta, los que lo rechazan, de que las bases culturales provienen de esa religión.
JVF