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sábado, 26 de junio de 2010

Downloadfestival odisea en UK

Un día Miguel me dijo en clase que por qué no íbamos a un festival de música rock. ¿Dónde?-le pregunté. En Donington- me dijo. Pero eso está en Inglaterra Miguel. Lo sé, son 200€ y me tienes que decir si sí o no en una semana. Más o menos fue esto lo que me dijo. Por su puesto que dije que sí, aún no sabía quíenes ibamos a ir. Finalmente fuimos el cuarteto de la muerte, Miguel, su primo "Pochi", Pablo (compañero de clase del primo de Miguel) y yo, cómo no.
Pedimos entonces las entradas no ya sin ciertas complicaciones. Necesitamos la ayuda de mi primo mayor, quien las consiguió fácilmente. En una semana ya las teníamos en nuestras manos.Ya sólo quedaba mirar los vuelos. No había vuelos directos a Donington y, decidimos ir a Londres, al aeropuerto de Stansted -permitidme la expresión- un aeropuerto atomarporculo de la capital birtánica.
DIA 1
De Standsted tomamos un autobús que nos dejaba en la estación de buses Victoria.En la otra punta de Londres, pero si queríamos ir a EastMidlandsParkway el tren que debíamos tomar partía desde otra estación, Kingcross St.Pancras. A esta estación fuimos en metro, en el famoso tube.
Una vez en la estación cogimos los billetes de tren, con return. Como salían cada hora, hora y media, el primero lo perdimos y decidimos comer. La primera comida fue en una hamburguesería de la estación. En el fondo no dejaba de ser un whopper lo que tomamos, pero el pan y la carne, la lechuga... eran distintas, ellos lo llamaban gourmet, ¡cómo son los ingleses!
Pero quien lea esto pensará, bueno, después tomarían el tren y llegarían a su destino. Nada de eso muchachos, cuando arrivamos en la estación de EastMidlands pensamos, se podrá ir andando, pero no, error. Menos mal que la organización nos dispuso un autobús que nos acercaba a todas las personas que estábamos espectantes y ansiosos por llegar al páramo del rock.
Una vez en el recinto, con todo a cuestas, maletas, bolsas, mochilas, tiendas de campaña, es decir el Petate (lease Pé-táte haciendo énfasis en la tildes), nos llegó el momento que nos daba la tranquilidad, la pulsera. Rápidamente buscamos un camping de los muchos que había. Tuvimos que pasar el Village, una zona con puestos de todo tipo, de comida, de ropa, de complementos, feria, carpas de espectáculos varios... y tras ello se encontraban los campings. Sin quererlo del todo acabamos en el rojo. Tras una tonta y gran vuelta en busca de sitio pusimos la tienda, pero la organización nos dijo que la cambiásemos de sitio, así que fuimos a otro lado. Encontramos un buen lugar, montamos las tiendas, pero de nuevo nos obligaron a quitarlas de allí. Finalmente, econtramos un sitio para las dos tiendas. Las montamos y sin poder tomarnos un descanso tocaba una copa merecida del asqueroso, porqué no decirlo ron Velero, con cocacola y sin hielos,error,sí pero ya pasábamos de todo. Tras las copas pertinentes decidimos ir a la Arena, la zona de las actuaciones, tocaba AC/DC, según entrábamos arrancaba el Rock´n´roll train de la banda australiana. Corrimos hasta las primeras filas, saltamos, brincamos, cantamos, hicimos fotos, increíble. Aquello era una olla a presión en punto de ebullición de su agua para el caldo que llegaría el último día. Todo el mundo sudado, con poco espacio para respirar se dejaba la vida y disfrutaba de temas como Highway to hell, Thunderstruck...
En uno de los lances, Pochi sufrió un leve bajón, tras un largo rato de desparrame. Salimos de la marabunta, tomamos algo con azucar, una pepsi, porque allí cocacolas, las justas. Y tan pronto como se recuperó volvimos corriendo a la primera fila a terminar de dar todo lo que nos quedaba. Fue grotesco, tremendo, genial, sublime, digno de una apoteosis o de una orgia. Cuando acabó `isi/disi´ nos reunimos los cuatro, comentamos lo alucinante que había sido. Ahora tocaba meter algo a la boca, comprar unos hielos y unas cocacolas e ir a las tiendas a seguir un rato con la fiesta. Esa primera noche nos deparó una sorpresa más, ¡en Inglaterra amanece a las 4 de la mañana!
DIA 2
Sumidos en la mañana del segundo día, y tras una noche, mejor dicho, amanecer y primeras horas de luz, nos despertamos. Habíamos dormido poco y mal, pero daba igual. Fuimos a darnos una duchita, que madre mía como nos sentó la ducha. La necesitábamos, pero siendo sinceros podríamos haber aguantado bien bien hasta el día siguiente con la guarrería, más de uno -no de nuestro grupo- seguro que lo hizo.
Tras la ducha, una de chino, sweet and source chicken with noodles. Mamma mía como sentaban. Una vez duchados y comidos, tocaba comprar hielos y cocacolas, echarnos unas copas y tomar rumbo a la arena atravesando las curvas y rectas del circuito británico de motociclismo. Esa noche tocaban Deftones y Rage Against The Machine entre otros. Fue el peor concierto de mi vida. No en cuanto a disfrute, si en cuanto a sentimiento de agobio. Aguanté apiñado a mis compañeros y resto de gente un par de temas. Avalanchas hacia adelante, espacios para los personajes que se dedican a empujarse violentamente entre ellos me hicieron desistir dentro de esa "zona cero". Acabé en un lateral, cerca, dentro de lo que cabe, y con una pantalla al lado. Allí encontré a Miguel, fuimos a por unas cervezas y a darlo todo con Rage, que -en mi humilde e inexperta opinión- fueron los mejores de todos los artistas que pasaros por el festival. Tras el final de Rage, de nuevo al Village, sin antes parar a comprar alguna camiseta del festival. Cena y de nuevo rutina, aunque esa noche fue... como denominarla... especial, especialmente escatológica.
Tras un par de días sin -por qué no decirlo- sin hacer caca. El vientre llamó a nuestras personas, sobre todo a Pochi y a mí, Miguel aguantó bien bién hasta última hora y Pablo nunca tuvo problemas, en 4 días plantó uno por comida al menos. Pochi y yo nos dimos cuenta que los servicios no eran de fíar y que lo mejor era hacerlo al aire libre. Y tras unas copiyas nuestros niños cayeron de forma suave- no sin apretar- al lado de unas tiendas de campaña. Después entre risa y risotada, paseamos el pedo con una gracia que solo tenemos los españoles. De camino al Village encontramos a Miguel, que salió a nuestro encuentro. Ibamos a ver si probavamos el O2, pero estaba cerrado y entonces nos dimos una vuelta por varios campings hasta caer rendidos en nuestra Quechua, nuestra holorosa, pero confortable tienda de campaña.
Dia 3
Amaneció soleado, con calor, la rutina matutina fue la misma, incluso nos empezábamos a levantar como los ingleses aunque con 3 horas de desventaja, el primer día fueron 5. Ese día fuimos antes a la Arena, disfrutamos de Slash, de Billy Idol, de Motorhead, y cayó el diluvio universal, corrimos a por los chubasqueros, aunqe ya estábamos calados. Regresamos a ver a Airbourne Pablo y yo, mientras Pochi y Miguel quedaron viendo a The Stone Temple Pilots, los "teloneros" de Aerosmith, que cerraron a lo grande el festival, un festival que no vieron cerrar Pochi y Miguel debido a su "cansancio" Pero aún así fue increíble. La vuelta al camping fue una odisea, desfilamos todos como momias por el circuito embarrado y por el Village. Cogimos dinero para cenar, regresamos a cenar algo y fuimos a buscar a los primos, pero estaban dormidos, ¿os lo podéis creer? dormidos, manda huevos!!. Menos mal que había unos ingleses de vecinos nuestros que nos invitaron a sumarnos a su ciego de despedida de Donington.
A la mañana siguiente tocaba "madrugar" recojer el Petate y realizar el mismo camino de vuelta a Standsted. Todo se dio bien, hasta que cojimos el autobus que nos llevaría al aeropuerto. Tardó en salir y tardó, debido al inmenso atasco el tiempo suficiente como para perder el vuelo. Y así fue, perdimos el vuelo de vuelta como muchos otros españolitos. Entonces tocó llamar a Papá y a Mamá con el rabo entre las piernas cuan perro avergonzado y temeroso de una bronca. Sacamos billetes para el vuelo de la mañana del día siguiente. La noche en el aeropuerto nos hizo sentirnos como Tom Hanks en "La terminal". Para más mala suerte, el vuelo llevó casí 2 horas de retraso, que ya le podía haber pasado al anterior, pero eso ya era lo de menos. Así regresamos a Madrid y este fue en muy resumidas cuentas nuestro periplo por la gran isla norteña.
Muchos dirán: qué personajes, qué pardillos, qué imbéciles!! sí sí, estamos de acuerdo, pero una cosa: ¡ Que nos quiten lo bailao !

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